viernes, 11 de abril de 2008

A CORAZÓN ABIERTO


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Todo empezó un día no tan lejano cuando Marcel y yo decidimos que juntos valemos mucho más que cada uno por separado. Después de haber realizado prácticamente de rodillas nuestro primer trabajo (que por cierto, ahora sale publicado en el próximo número 44 de la revista “La Fotografía Social”) se nos ocurrió que tal vez no fuese la mejor manera hacer fotos estando apretados entre las paredes de mi casa, revolcada por el desorden creativo crónico (mi novio dice que mi casa parece a Bagdad después del bombardeo americano). "¡Queremos un estudio! ", exclamamos nosotros y allí empezó nuestra aventura en el oscuro mundo inmobiliario. Menos mal que el viaje fue bastante corto: un día encontramos en un periódico el anuncio: "Compartir estudio con un fotógrafo". Nosotros no lo pensamos ni dos veces. La verdad es que nos enamoramos del sitio a la primera vista. Lo que no sabíamos que el mejor regalo del destino fue, no el maravilloso espacio con todo equipo incluido de que no podíamos ni soñar por el momento, sino nuestro nuevo compañero del estudio, Ivan Alonso.

Paolo Coelho en "El Alquimista" dice que cuando un hombre se pone en el camino hacia su sueño todo el universo consolida sus energías para ayudarle, si es su sueño de verdad. Para mi nuestro encuentro con Ivan es una señal del destino de que seguimos por un buen camino. En el mundo hay pocas personas como él. En Rusia sobre gente así se dice "te dejará hasta su última camisa". Es generoso y abierto, curioso y hablador, compasivo y despierto. A veces es difícil escapar cuando te atrapa en una conversión, seducido por un trabajo que le pareció interesante. Cree en la gente pero no es ingenuo, tiene mente aguda y mirada critica. ¿Idealista? Tal vez, pero es de aquellas pocas personas que están cambiando el universo no con las acciones heroicas pero con simple actitud de honestidad y nobleza en la vida cotidiana. Si quieres que el mundo sea mejor, se mejor tu mismo. Tiene amigos por todas partes: en las mejores galerías de arte y entre los mendigos de la calle. Los trabajadores emigrantes le dejan entrar en sus vidas igual como le abren las puertas de sus estudios los colegas fotógrafos, músicos y otros artistas. Puede ser cabezota, a veces se enfada con la gente a quien quiere, como cualquier artista es sensible a lo injusto. Le asombran las cosas sobrenaturales y el circo antiguo: nuestro estudio está lleno de tableros de ouija y auténticos carteles del siglo pasado anunciando a mujeres-arañas, hombres-voladores y tigres-come-cabezas. Con su colorido vivo y nostálgico tal vez sean un símbolo de algo auténtico oculto bajo la máscara de una farsa ridícula. Un payaso es el personaje más trágico: nos hace reír llorando por dentro nuestras penas.

Heredó de su madre, que era modelo, la fascinación por el mundo de la moda. Sin embargo su mirada compasiva y atenta le ha llevado al genero muy distinto: de la fotografía documental. Retrata a los seres humanos porque tiene interés genuino por las personas. Y con su corazón de oro tan abierto no les deja otro remedio a sus modelos que destapar también sus corazones, sus almas, sus vidas delante de sus cámaras de foto y vídeo. Los sin techo le llaman "Vicky, el Vikingo", por su aspecto celta, los gitanos: "Tarzan", aludiendo a su larga melena y su fuerza física. Para todos ellos Ivan es uno mas de la tribu. Plasma los momentos que convive con quienes encuentra, entre los impalpables granos de la película fotográfica por la cual siente, como muchos nosotros, una nostalgia irresistible. Tiene fallos, como todos, porque, como todos, sobre todo es humano, y como humano a lo que aspira más es vivir el sueño y vivir la vida.



Podéis encontrar algunos trabajos de Ivan en el siguiente enlace: www.agasallodesombras.com


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Nota: MISSOMMI es un estudio creativo de Barcelona dedicado a la fotografía de moda y publicidad.




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